La intolerancia a la lactosa es una afección común en la que el cuerpo no puede digerir completamente el azúcar de la leche (lactosa). Esto puede provocar una serie de síntomas desagradables, como dolor abdominal, gases, hinchazón y diarrea. Aunque no es una alergia alimentaria, la intolerancia a la lactosa puede ser difícil de manejar y puede requerir cambios en la dieta.
Si tienes intolerancia a la lactosa, es importante evitar alimentos que contengan lactosa, como la leche, el queso, el yogur y la mantequilla. Sin embargo, también hay muchos alimentos que contienen lactosa oculta, como ciertos tipos de pan, cereales, dulces y alimentos procesados. Es importante leer las etiquetas de los alimentos cuidadosamente y buscar ingredientes como suero de leche, caseína y lactosa en la lista de ingredientes.
Si te resulta difícil obtener suficiente calcio en tu dieta debido a la intolerancia a la lactosa, hay muchas alternativas disponibles, como leche sin lactosa, leche de soja, almendra o arroz, que están fortificadas con calcio. También puedes obtener calcio a través de alimentos como verduras de hojas verdes, salmón enlatado y tofu.
Si tienes intolerancia a la lactosa, es importante tomar medidas para evitar alimentos que contienen lactosa y buscar alternativas saludables. Con algunos ajustes en tu dieta y un poco de planificación, puedes disfrutar de una alimentación saludable y equilibrada sin tener que preocuparte por los síntomas de la intolerancia a la lactosa.
